Un Cuento De Neutralidad: La Prueba De Gaza Para La BBC

diciembre 2, 2025
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Las razones que subyacen a estas tendencias generalizadas en la BBC y en instituciones occidentales similares están siendo cada vez más cuestionadas. El caso de la BBC revela cómo los sesgos editoriales internos y las intervenciones políticas distorsionan en la práctica el discurso institucional de la “imparcialidad”. Asimismo, pone de manifiesto que las líneas editoriales favorables a Israel no son exclusivas de la BBC, sino que operan de manera sistémica en numerosos medios occidentales, conduciendo en nombre del sionismo a un alejamiento de los principios fundamentales del periodismo y a una profunda pérdida de confianza entre audiencias y lectores.

Fundada en 1922, la British Broadcasting Corporation (BBC) es la institución de radiodifusión pública más antigua y una de las más influyentes del Reino Unido. Opera bajo la Royal Charter y declara adherirse a los principios del servicio público: imparcialidad, independencia y veracidad. Sin embargo, su financiación pública, la designación gubernamental de sus directivos y su relación simbólica con la Corona han situado con frecuencia a la BBC en una línea editorial que converge con las prioridades del Estado. Esta estructura ambivalente ha generado debates persistentes, especialmente en la cobertura de política exterior y conflictos armados, donde la BBC ha sido percibida como un instrumento de legitimación discursiva del gobierno. La guerra en Gaza y el genocidio perpetrado contra la población palestina han puesto esta contradicción al descubierto: el lenguaje empleado por la BBC al describir los acontecimientos en Gaza contradice abiertamente la pretendida neutralidad institucional que la cadena afirma defender desde hace décadas.

Diversas investigaciones han documentado usos lingüísticos diferenciados en la cobertura de Israel y Gaza. Según un informe del Centre for Media Monitoring (CfMM), la BBC utiliza el verbo “killed” casi por igual para muertes israelíes y palestinas, pero recurre de manera preferente a “died” más neutro y despersonalizado en referencia a víctimas en Gaza. Así, el 9 de octubre de 2023 la BBC tituló: “Más de 700 personas han sido asesinadas en Israel”, mientras que para Gaza utilizó: “Más de 500 personas murieron”. El CfMM también constató que términos cargados como “massacre” aparecían casi exclusivamente en las noticias relacionadas con víctimas israelíes, mientras que rara vez se aplicaban a Gaza. Expresiones como “atrocities”, “slaughter”, “barbaric” o “brutal” se emplearon aproximadamente cuatro veces más para describir víctimas israelíes; el verbo “murder(ed)” se utilizó 220 veces para israelíes y solo una vez para palestinos. Términos como “butchered”, por ejemplo, se reservaron únicamente para israelíes, sin equivalente para víctimas palestinas.

El uso diferenciado de conceptos se extiende también al ámbito de la seguridad. Las directrices editoriales de la BBC desalientan el empleo del término “terrorista” por considerarlo emocionalmente cargado y potencialmente sesgado, y recomiendan alternativas como “militante”, “agresor” o “atacante”. En consecuencia, la cadena se refiere a los miembros de Hamas como “militantes”, utilizando solo de manera ocasional expresiones como “proscribed terrorist organisation”. Los críticos sostienen que este criterio crea un doble rasero: evita catalogar como “terroristas” a actores palestinos, pero tampoco aplica el término a dirigentes israelíes responsables de violaciones graves del derecho internacional. Otros defienden esta política argumentando que la función de la BBC no es determinar quién es “bueno o malo”. Sin embargo, las críticas señalan que este discurso de neutralidad termina invisibilizando la humanidad de los palestinos y reproduce las asimetrías del poder.

En definitiva, el análisis del lenguaje revela un doble estándar sistemático: mientras que para los palestinos predominan expresiones pasivas o impersonales como “murió”, para los israelíes se emplean términos dramáticos como “fue asesinado” o “fue masacrado”. El uso reiterado de etiquetas como “Hamas-run Gaza Health Ministry” refuerza marcos interpretativos que deslegitiman de antemano a las fuentes palestinas. Todo ello sugiere que el sesgo proisraelí de la BBC no es una casualidad ni un simple problema técnico, sino un patrón coherente que contribuye a deshumanizar a los palestinos en la cobertura periodística.

Críticas En Aumento

La crisis de la supuesta imparcialidad de la BBC se ha evidenciado también a través de protestas internas. En 2025, cientos de personas se manifestaron frente a los estudios de la cadena denunciando que su cobertura de Gaza servía a la propaganda israelí. Más de un centenar de empleados enviaron vídeos y cartas abiertas a la dirección, denunciando que los editores censuraban contenidos por motivos políticos. El caso del documental Gaza: Doctors Under Attack realizado por investigadores independientes y retrasado o cancelado por la BBC alegando “preocupaciones de imparcialidad” se convirtió en un símbolo de la interferencia institucional. En su carta, los empleados acusaron a la dirección de temer criticar al gobierno israelí y de ocultar hechos al público bajo una falsa apariencia de neutralidad. Argumentaron que la BBC actuaba menos como un medio independiente que como una organización condicionada por presiones políticas y campañas de relaciones públicas, y que su obsesión con la “percepción de parcialidad” estaba erosionando la misión informativa de la cadena.

Organizaciones académicas y de la sociedad civil han respaldado estas críticas. El informe del CfMM de 2025 mostró que la BBC presentaba las muertes palestinas con verbos pasivos que diluían la responsabilidad (“died”), mientras que describía las muertes israelíes con verbos activos (“killed”) que identificaban claramente al autor de la acción. Según el informe, la cobertura de muertes israelíes recibía un 33 % más de visibilidad que la de muertes palestinas. Asimismo, mientras que los israelíes eran presentados como “rehenes”, los palestinos detenidos eran descritos simplemente como “prisioneros”, reforzando marcos narrativos alineados con la propaganda oficial israelí. El reporte también registró que el término “genocidio” fue silenciado más de cien veces cuando lo mencionaban expertos o invitados, mientras que acusaciones análogas contra actores palestinos se difundían sin resistencia editorial. La noción de “crímenes de guerra” se aplicó a ataques israelíes solo en un 3 % de los artículos, pese a la abundancia de pruebas documentadas.

Estudios sobre otros medios occidentales reproducen patrones similares. Un análisis de The Intercept demostró que periódicos como The New York Times, The Washington Post o Los Angeles Times utilizaron términos como “slaughter” y “massacre” en más de mil artículos para describir muertes israelíes, mientras que evitaron sistemáticamente ese lenguaje para referirse a las víctimas palestinas. Esta asimetría señala que el marco dominante en la prensa occidental sigue operando bajo lógicas poscoloniales, eurocéntricas y, con frecuencia, islamófobas.

Documentales Sobre Gaza

Los documentales recientes de la BBC sobre Gaza ilustran estas tensiones. El filme Gaza: Doctors Under Attack documenta evidencias de ataques deliberados del ejército israelí contra personal sanitario protegido por el derecho internacional humanitario. Aunque el documental fue producido por el equipo de Panorama, la BBC decidió retirarlo en febrero de 2025 alegando problemas de imparcialidad. Channel 4, en cambio, lo emitió el 2 de julio y destacó su rigurosidad en el examen de violaciones graves del derecho internacional. Para su directora de noticias, Louisa Compton, el documental representaba “periodismo valiente en nombre del interés público”. La BBC, por su parte, devolvió los derechos del filme a la productora Basement Films tras haber pospuesto su emisión en seis ocasiones.

Otro documental, Gaza: How to Survive a War Zone, centrado en la experiencia de un niño de 13 años, fue retirado posteriormente de la plataforma BBC iPlayer al revelarse que el padre del menor trabajaba como viceministro en la administración de Hamas. La cadena pidió disculpas y reconoció una violación de sus normas internas, lo que generó críticas sobre su falta de rigor y coherencia editorial.

Estos casos muestran cómo la política de la BBC prioriza la apariencia de imparcialidad sobre la veracidad y la responsabilidad informativa. Los críticos sostienen que esta postura responde más al temor de represalias políticas que a un compromiso real con el equilibrio periodístico. En lugar de confrontar las violaciones del derecho internacional, la BBC parece más preocupada por no incomodar a los actores más poderosos. Esta estrategia, lejos de proteger la credibilidad institucional, refuerza percepciones de parcialidad y erosiona la confianza del público.

Representación Mediática y Orientalismo

El sesgo lingüístico de la BBC puede interpretarse desde teorías de representación mediática y análisis poscolonial. Los estudios críticos muestran que los medios occidentales suelen enmarcar a los palestinos dentro del discurso del “Otro”, despojándolos de agencia y humanidad. Como señaló Edward Said en su crítica al orientalismo, este tipo de narrativas no solo distorsiona la realidad, sino que cumple la función de legitimar estructuras de poder y de invisibilizar el sufrimiento del colonizado. Así, Gaza aparece menos como una comunidad de personas y más como un “espacio de violencia”, mientras que la violencia estatal israelí se normaliza bajo categorías como “defensa propia”.

Conclusión

Las tendencias observadas en la BBC y en otras instituciones mediáticas occidentales invitan a cuestionar las razones profundas de estos sesgos. El caso de la BBC demuestra que los prejuicios editoriales internos y las presiones políticas distorsionan en la práctica la retórica institucional de “imparcialidad”. Las políticas proisraelíes no son una anomalía de la BBC, sino parte de un patrón sistémico que opera en gran parte del ecosistema mediático occidental. Este patrón, al priorizar intereses políticos y narrativas sionistas sobre los principios básicos del periodismo, conduce a una grave pérdida de confianza por parte del público y erosiona la misión fundamental del servicio informativo.

Dr. Mehmet Rakipoğlu

Dr. Mehmet Rakipoglu se graduó en 2016 del Departamento de Relaciones Internacionales de la Universidad de Sakarya. Su doctorado, titulado Estrategia de Protección en la Política Exterior: Relaciones de Arabia Saudita con Estados Unidos, China y Rusia después de la Guerra Fría, fue completado con éxito. Rakipoglu, que trabajó como Director de Estudios sobre Türkiye en el Mokha Center for Strategic Studies, es actualmente profesor en el Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad Artuklu de Mardin.

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