Naciones Unidas de la Conciencia

junio 12, 2025
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Gaza ha iniciado una revolución que derriba ídolos en el mundo entero. Cuando cristianos, judíos, musulmanes y ateos de conciencia se unen y llenan sus velas con la brisa de la compasión, estoy convencido de que mañana harán aún más por la humanidad.

Gaza está destruyendo y reconstruyendo los valores, instituciones, creencias y estructuras que la humanidad ha heredado. En el barco Madeleen, doce personas de diferentes creencias, religiones, ideas y orígenes étnicos se unieron gracias a Gaza.

Doce personas lograron lo que las Naciones Unidas, compuestas por más de 200 Estados, no pudieron hacer. Así nació una nueva comunidad: las Naciones Unidas de la Conciencia.

No solo las Naciones Unidas, sino también la Organización para la Cooperación Islámica, la Liga Árabe, la Unión Africana, la OTAN y la Unión Europea: Gaza nos mostró que muchas instituciones y organizaciones han quedado vacías de sentido.

Los que estaban en ese barco de la conciencia hicieron lo que grandes Estados no se atrevieron a hacer. Cruzaron mares, enfrentaron olas, y sin temor al Estado terrorista de Israel, trataron de llegar a Gaza para romper el asedio de la vergüenza.

Decidme: ¿qué institución, qué organización, qué Estado ha mostrado tal valentía?

No tenían armas, ni barcos blindados, ni escudos protectores. Solo izaron la bandera de su conciencia en las velas y emprendieron el viaje. Sabían que ningún Estado, ni siquiera aquel del que portaban pasaporte, acudiría en su ayuda. Confiaron únicamente en las voces de los justos y derribaron un muro de miedo.

Hoy, desde Túnez, Argelia, Egipto, Libia, Marruecos y Türkiye, cientos de autobuses parten hacia Gaza. Mientras Madeleen avanza por mar, ellos lo hacen por tierra, enarbolando la bandera de la conciencia para romper el mayor bochorno de la humanidad: el bloqueo.

Es probable que no logren romper el cerco. Probablemente no lleguen a Gaza. Quizás sean detenidos… pero quedarán en la historia como quienes lucharon por apagar el incendio, como los que se rebelaron contra la masacre, como los que honraron la bandera de la conciencia.

Hay una historia conocida: cuando el tirano Nimrod arrojó al profeta Abraham al fuego, una hormiga caminaba con una gota de agua en la boca para intentar apagarlo. Le dijeron: “¿Qué esperas lograr con una gota de agua?” Y la hormiga respondió: “Al menos que se sepa de qué lado estoy.”

Los que estaban en el Madeleen, los que parten en autobuses, han mostrado de qué lado están. Así entrarán en la historia. Y en el Día del Juicio, cuando se les pregunte, dirán: “Hice lo que estuvo a mi alcance, esto era todo lo que podía hacer.” Estoy seguro de que Dios Altísimo los recompensará.

¿Y los Estados con aviones, barcos, tanques y cañones?

¿Y aquellos con el poder económico y político para acabar con Israel? ¿Qué responderán cuando se les pregunte qué hicieron?

Estoy seguro de que no podrán responder.

También debemos hacernos esa pregunta. La hormiga solo tenía fuerzas para llevar una gota de agua, y lo hizo. ¿Y nosotros? ¿Nuestra fuerza se limita a tuitear, a condenar con palabras, a mostrar una retórica vacía?

Cada uno rendirá cuentas. En este mundo y en el otro. Cuando nuestros hijos y nietos nos pregunten: “¿Qué hiciste mientras miles de niños eran asesinados en Gaza?”, debemos estar preparados para responder.

Después del genocidio en Gaza, nada será como antes. Lo cuestionaremos todo, incluso nuestra fe.

Tal vez volveremos a creer. Personas replantearán su fe islámica, cristiana, judía. Se redefinirán la moral, la conciencia, los principios, los valores, la humanidad misma.

Quizás se derrumben y reconstruyan todas las instituciones, organizaciones y poderes que se han vuelto inútiles, vacíos y sin sentido.

Gaza ha iniciado una revolución que ha destruido ídolos. Si personas de conciencia cristianos, judíos, musulmanes y ateos se unen y llenan sus velas con compasión, estoy seguro de que mañana harán aún más por la humanidad.

El barco Madeleen que surca los mares, los coches y autobuses que inundan los caminos, la gente que marcha… son un torrente que arrasará con todos los ídolos en su camino hacia Gaza.

Un día, ojalá, el mundo será gobernado por las Naciones Unidas de la Conciencia.

Kemal Öztürk

Kemal Öztürk es periodista y escritor. Se graduó de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Marmara. Comenzó su carrera profesional como periodista en el periódico Yeni Şafak en 1995. Ha trabajado como reportero de televisión y director de documentales. Entre 2003 y 2007, fue asesor de comunicación del Presidente de la Gran Asamblea Nacional de Turquía. En 2008, trabajó como asesor de prensa del Primer Ministro Recep Tayyip Erdoğan. En 2011, fue nombrado director general de la Agencia Anadolu. Desde 2014, continúa su carrera como columnista, analista y productor de programas en periódicos y cadenas de televisión nacionales e internacionales. Kemal Öztürk ha publicado seis libros y diez documentales.
Correo electrónico: [email protected]
Sitio web: kemalozturk.com.tr

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