Andrew Feinstein: “El Rearme de Alemania es Keynesianismo militar”

agosto 14, 2025
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Entrevista con Andrew Feinstein sobre el papel de Alemania en el comercio internacional de armas, las causas de la nueva ola de militarización en Europa y las exportaciones de armamento alemán a Israel.

German-foreign-policy.com conversó con Andrew Feinstein sobre el papel de los fabricantes de armas alemanes en el comercio internacional de armamento, la nueva ola de militarización en Europa y las exportaciones alemanas de armas a Israel. Feinstein, quien fue diputado del Congreso Nacional Africano (ANC) en Sudáfrica, es director ejecutivo de Shadow World Investigations, una organización sin fines de lucro que investiga la gran corrupción, el abuso corporativo y el militarismo, con especial atención al comercio mundial de armas. Es autor o editor de obras como The Shadow World: Inside the Global Arms Trade (Londres, 2011), Indefensible: The Seven Myths That Sustain the Global Arms Trade (Londres, 2017) y Monstrous Anger of the Guns. How the Global Arms Trade is Ruining the World and What We Can Do About It (junto a Rhona Michie y Paul Rogers, Londres, 2024).

german-foreign-policy.com: La industria armamentística alemana no cuenta con empresas de la magnitud y reconocimiento internacional de gigantes como Lockheed Martin, BAE Systems o Dassault. Sin embargo, Alemania lleva décadas siendo uno de los cinco mayores exportadores de armas del mundo. ¿Cómo definiría la importancia global de la industria armamentística alemana?

Andrew Feinstein: La industria alemana de armamento es importante por dos razones fundamentales. En primer lugar, porque algunas de sus empresas son fabricantes de gran relevancia. Rheinmetall, ThyssenKrupp: ambas son actores de primer orden en el comercio global de armas. No hay ninguna duda al respecto. La segunda razón es, por supuesto, el papel de Alemania en Europa. Alemania es una potencia tan dominante dentro de la Unión Europea que su enfoque hacia las fuerzas armadas, el comercio de armas y el gasto en defensa resulta sumamente decisivo para el conjunto de la UE y para la postura que esta adopte.

A ello se suma la importancia de comprender cómo ha evolucionado el comercio de armas desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Hablando con franqueza, Estados Unidos es el mayor productor de armas del mundo. En comparación con las empresas europeas, goza de una clara ventaja en términos de economías de escala, ya que cualquier compañía estadounidense como Lockheed Martin sabe que, produzca lo que produzca, gran parte de ello será adquirido por el Pentágono. Así, las ventas al extranjero se suman a las compras efectuadas por el mayor comprador de armas del planeta.

Desde las décadas de 1950, 1960, 1970 e incluso, en cierta medida, hasta principios de los años 80, los estadounidenses incurrieron en prácticas corruptas en el comercio de armas; pero esto terminó con la promulgación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (Foreign Corrupt Practices Act). Ahora, Trump ha derogado dicha ley, y será sin duda interesante observar qué efectos tendrá esta decisión.

gfp.com: Los fabricantes de armas europeos están en una posición diferente…

Feinstein: Sin duda. Debido a que los europeos no disponen del mismo nivel de equipamiento que los estadounidenses ni gozan de las ventajas de las economías de escala de las que estos últimos se benefician, los productores europeos han sido históricamente más proclives al soborno y la corrupción. La industria armamentística alemana es, de hecho, un ejemplo típico de ello. Incluso en mi propio país, Sudáfrica, empresas alemanas participaron en un acuerdo profundamente corrupto. Ese contrato marcó el punto en que comenzó a deteriorarse nuestra joven democracia.

Por diversas razones, los fabricantes alemanes se han convertido en proveedores clave de Israel. Los acuerdos de armas con Israel no se concretan sin corrupción. Arabia Saudí es otro gran cliente; en sus transacciones de armamento exige sobornos colosales y es uno de los principales compradores de Rheinmetall. De hecho, Rheinmetall ha ido aún más lejos que muchas otras empresas, ayudando a los saudíes y en particular a la Compañía de Industrias Militares Saudíes (SAMI) a establecer fábricas capaces de producir sus propias armas.

Esto significa que Alemania lleva años asistiendo de facto a países como Arabia Saudí implicada en la guerra de Yemen para que eludan cualquier mecanismo de control de exportaciones. En consecuencia, el comercio de armas se ha vuelto cada vez más carente de normas y restricciones.

gfp.com: Cuando observa el actual proceso de rearme planificado por la UE o los objetivos de Alemania de convertir a la Bundeswehr en las fuerzas armadas convencionales más poderosas de Europa, ¿qué significa esto para la industria armamentística alemana?

Feinstein: Para la industria armamentística alemana supone una ganancia extraordinaria. Toda esta cuestión de la militarización… empecemos por el principio. Mis colegas y yo publicamos un libro titulado Indefensible (Indefendible). Si lo lee, verá lo siguiente:

  • Un aumento del gasto en defensa no nos hace más seguros. De hecho, puede tener exactamente el efecto contrario.

  • El incremento del gasto en defensa supone una carga para nuestras economías: no solo frena el crecimiento económico, sino también la creación de empleo, ya que es una forma increíblemente costosa de generar tan pocos puestos de trabajo.

Por lo tanto, el impacto económico de este rearme o militarización será negativo.

En materia de seguridad y defensa nacional, la actual militarización tampoco supondrá una diferencia significativa. ¿Por qué lo afirmo? Permítame explicarlo: tomemos un único ejemplo el caza F-35, el sistema de armamento más costoso jamás producido. Los contribuyentes estadounidenses han gastado más de tres billones de dólares en la fabricación de este aparato absurdo. Según ingenieros aeronáuticos y el propio Inspector General del Departamento de Defensa de EE. UU., se trata de un avión deficiente.

Es decir, estamos destinando miles de millones de dólares de nuestro nuevo presupuesto de defensa a equipamiento de mala calidad que, en realidad, nos hace menos seguros. A mi juicio, en el origen de toda esta militarización se halla el hecho de que los gobiernos occidentales ya no saben cómo hacer crecer sus economías. Nuestras economías atraviesan una crisis terminal. Esto se debe a que el capitalismo neoliberal se basa en supuestos erróneos y ha dejado de funcionar. Actualmente, lo que los gobiernos occidentales intentan para reactivar el crecimiento económico no es otra cosa que keynesianismo militar (Military Keynesianism).

gfp.com: Entonces, ¿No cree que la verdadera causa sea el temor a Rusia?

Feinstein: Mire, la cuestión fundamental es cómo crear el contexto para un rearme. Para ello es necesario construir un enemigo. Por supuesto, Putin ha sido bastante “colaborativo” en este sentido al invadir ilegalmente Ucrania. Sin embargo, la idea de que hoy Putin representa una amenaza para Europa… Hace poco, un exgeneral británico de muy alto rango apareció en los medios afirmando: “En cinco años, Rusia intentará invadir el Reino Unido, por lo que debemos estar preparados”. Desde cualquier perspectiva de análisis geopolítico o estratégico, esto es un disparate absoluto. ¿Por qué? Porque Ucrania se ha convertido en un desastre total para Putin. Ha perdido muchos más soldados de lo que esperaba. Esta guerra le ha costado mucho más de lo que había previsto. La economía rusa está estancada. Su reputación política ha sufrido un golpe enorme. Rusia carece de los recursos económicos y de la capacidad militar, y Putin tampoco dispone del capital político necesario para lanzar una nueva ofensiva. Pensar que Rusia vaya a invadir Alemania, el Reino Unido o cualquier otro país no resiste el más mínimo análisis. Es, simplemente, un mito. Ese es el primer punto.

En segundo lugar, hay algo muy importante que debe entenderse: la economía del militarismo la economía intrínseca al comercio de armas beneficia a nuestros políticos y a nuestros sistemas políticos. Si observa los casos que examino en mi libro The Shadow World, Helmut Kohl es uno de los ejemplos más evidentes. Él y Franz Josef Strauß financiaron de facto a sus partidos políticos mediante una combinación de contratos de armas legales e ilegales. ¿Por qué hablo de contratos de armas ilegales? Porque a veces un país necesita armamento con urgencia y, en tales circunstancias, se puede exigir un precio extraordinariamente elevado. ¿Y qué aumenta cuando se cobran precios tan altos? El porcentaje y el volumen de los sobornos pagados. Hubo un traficante de armas llamado Karlheinz Schreiber, que tuvo que huir de Alemania y vivió muchos años en Canadá. Finalmente, regresó a Alemania, donde fue condenado por varios delitos de evasión fiscal. Sin embargo, a pesar de que en Alemania se han firmado continuamente numerosos contratos de armas corruptos, casos como este se producen muy raras veces.

gfp.com: Entonces, ¿Los partidos políticos alemanes se benefician de los sobornos en los contratos de armas?

Feinstein: Tal como escribí en mi libro The Shadow World, Schreiber no solo proporcionó dinero a la CDU y a su “prima” bávara, la CSU de Strauss, sino también a estos dos políticos de forma personal. De hecho, dos días antes de su muerte, Kohl llegó a exclamar que demandaría a cualquiera que lo acusara de corrupción. Sin embargo, en realidad nunca pudo demandar a nadie, porque existían tantas pruebas de su profunda implicación en prácticas corruptas que le resultaba imposible. Y lo extraordinario es que esta corrupción se encuentra en el núcleo mismo del sistema político alemán, igual que ocurre en el Reino Unido y en gran parte de Europa.

Angela Merkel actuó con mucha más prudencia; del mismo modo que, en general, hizo las cosas de manera más inteligente que Kohl. Durante su mandato, las empresas de armamento realizaron donaciones más pequeñas, por debajo del umbral legal que marca la corrupción. A diferencia de Kohl y Strauss, no creo que Merkel recibiera dinero personalmente; no he visto ninguna prueba de ello.

Pero lo cierto es que los grandes contratos de armamento alimentan realmente nuestros sistemas políticos en Occidente. Aquí encaja perfectamente la frase del periodista estadounidense Greg Palast: “Tenemos la mejor democracia que el dinero puede comprar”. Para sostener este sistema, es necesario un rearme constante. Así ocurrió también después del 11 de septiembre. Se necesita una excusa para ello, y Ucrania se ha convertido precisamente en eso: en una excusa.

La realidad es que, si consideramos el papel atroz que desempeña Alemania en el genocidio de Gaza, el gasto en armamento alemán debería reducirse drásticamente y con urgencia. Porque Alemania, como muchos países occidentales, se ha sumido en la vergüenza al participar activamente en el primer genocidio retransmitido en directo de la historia. Esta situación debería influir directamente en nuestro enfoque hacia el militarismo y en la cantidad de dinero que se destina al ejército alemán.

gfp.com: Ya que menciona Gaza, ¿Hasta qué punto depende Israel de la importación de armas en general y de las provenientes de Alemania en particular?

Feinstein: Israel depende en gran medida de la importación de armamento. Tomemos, por ejemplo, la coalición del F-35, en la que participan países como el Reino Unido y Alemania. El Reino Unido fabrica el 15 % de cada avión F-35. La realidad es que, si se interrumpe la producción de piezas para un caza en servicio, surgen problemas inmediatos para su uso, ya que estas piezas deben ser reemplazadas y mantenidas. Cuando se firma un contrato de armamento pongamos que para algunas de estas piezas, el proveedor pasa a ser responsable del mantenimiento del sistema del que es subcontratista. Si un país deja de entregar una pieza, todo el sistema puede quedar paralizado.

Asimismo, la idea de que Israel podría conseguir en otro lugar todo lo que Alemania produce para él es un disparate absoluto. Permítame explicarlo: supongamos que mañana Occidente impone un embargo de armas a Israel y este se ve obligado a obtener su equipamiento militar en otro lugar. Las opciones serían muy limitadas: quizá Rusia, quizá China. Imaginemos que Israel se dirige hacia Rusia o China. El problema es que toda la infraestructura militar israelí se ha construido con componentes procedentes de Estados Unidos, Europa Occidental y el Reino Unido. No se pueden integrar piezas fabricadas en China o Rusia en sistemas de origen occidental. No se pueden sustituir la munición, los misiles o las bombas utilizadas en cazas occidentales como el F-35, F-15 o F-16 por producción rusa. Habría que empezar desde cero, reconstruir todo el hardware y la infraestructura, lo cual llevaría décadas.

Por lo tanto, la idea de que “si dejamos de exportar armas a Israel, no tendría ningún efecto” es errónea. Estados Unidos y Europa Occidental podrían detener este genocidio mañana mismo.

gfp.com: Pero no lo hacen.

Feinstein: Lamentablemente, no existe la voluntad política para hacerlo. La responsabilidad por las más de 60.000 personas asesinadas por Israel recae tanto en el ejército israelí como en Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania y otros países europeos. Y, ¿sabe qué? Para mí, esto constituye, como mínimo, el tercer genocidio de Alemania. Se esperaría que un país aprendiera algo de su propia historia, pero Alemania parece incapaz de hacerlo.

El ejemplo más claro de ello es su actitud hacia los judíos en Alemania que se oponen al genocidio en Gaza. Debo subrayar esto: como judío e hijo de un superviviente del Holocausto, encuentro esta situación absolutamente repugnante. Ver en Alemania a judíos golpeados por la policía por oponerse a las acciones de Israel en Gaza me resulta profundamente perturbador. Alemania sostiene una visión completamente perversa, según la cual apoyar otro genocidio cometido por algunas de las personas a las que considera víctimas del genocidio anterior podría, de algún modo, “compensar” el Holocausto. Esto no es más que una distorsión de la lógica y del razonamiento.

Para responder a su pregunta: si Alemania, o cualquier otro gran proveedor de armas, impusiera un embargo de armamento a Israel, el impacto sobre este país sería inmediato y devastador. Por eso deberían hacerlo.