Mientras se derrumba el “Nuevo Orden Mundial”

julio 13, 2025
International cooperation, multicultural team collects a puzzle from the flags of the United States, Russia, China and the European Union. International trade relations, summit and cooperation
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Estados Unidos, los Estados del mundo y el orden financiero global han llegado a entretejerse de tal modo, han establecido relaciones tan complejas, que todo ello se ha convertido en un auténtico nudo gordiano, imposible de desatar. Me temo que, a menos que aparezca un nuevo Alejandro que lo corte de un tajo, no será posible resolverlo. En definitiva, el Nuevo Orden Mundial ha comenzado a resquebrajarse en apenas 35 años. No sé exactamente cuándo caerá ni qué tipo de orden lo sustituirá. Sin embargo, lo que sí sé es que ello es ya solo cuestión de tiempo.

El “Nuevo Orden Mundial” proclamado por el presidente George Bush padre en 1990, tras la disolución de la Unión Soviética, fue una noción expresada con gran confianza y orgullo.

Se suponía que el mundo dejaría de ser bipolar, se instauraría un mundo unipolar bajo el liderazgo de Estados Unidos y, en teoría, el planeta sería un lugar mejor.

Sin embargo, no fue así. Como siempre, fueron los países menos desarrollados los que pagaron el precio de los planes inconsistentes y desconectados de la realidad elaborados en los despachos de Washington. Durante la invasión de Irak que provocó la muerte de un millón de personas y dejó a millones más sin hogar, Bush padre seguía invocando el concepto del “Nuevo Orden Mundial”. Supuestamente, Estados Unidos llevaría democracia y prosperidad a la región. Sus intervenciones, sin embargo, no hicieron más que provocar la fragmentación de Estados, el resurgimiento del terrorismo, la miseria y la pobreza.

Como si fuera poco, guerras y caos surgieron también en Georgia, Chechenia y Ucrania, en pleno hinterland ruso. Mientras pretendían salir de un mundo bipolar, los pueblos terminaron sufriendo en ambos polos.

UN ORDEN QUE CONVIRTIÓ A LOS AMIGOS EN ENEMIGOS

Quizá la característica más insólita y digna de reflexión del llamado “Nuevo Orden Mundial” sea la facilidad con que Estados Unidos transformó en enemigos a países que alguna vez fueron sus aliados. Apoyó a Afganistán frente a la invasión soviética para después invadirlo él mismo; respaldó a Irak durante la guerra contra Irán y más tarde ocupó su territorio. Ninguno de los países en los que intervino Kosovo, Bosnia, Ucrania, Libia, Somalia logró alcanzar la paz y la estabilidad prometidas.

Al igual que Bush padre, su hijo George W. Bush y los presidentes posteriores, Obama y Biden, invocaron el concepto de Nuevo Orden Mundial y prometieron traer paz y prosperidad al mundo; pero solo trajeron más lágrimas y dolor.

Ahora, Donald Trump afirma, con políticas desconcertantes, que hará del mundo un lugar mejor. Pero al cabo de su primer año en la Casa Blanca, la realidad comenzó a contradecir sus promesas. Su campaña presidencial se basó en el lema “terminaré con las guerras”, pero antes de cumplirse el primer año de su mandato, el mundo se vio envuelto en nuevos conflictos. Se involucró directamente en la guerra entre Irán e Israel, el conflicto entre Ucrania y Rusia se intensificó aún más, y las guerras en Oriente Medio se expandieron a muchos más territorios. Solo en Oriente Medio, cinco países fueron bombardeados con misiles y aviones de combate estadounidenses. Como señaló la canciller alemana, Israel comenzó a actuar “haciendo el trabajo sucio de todos” bajo la protección de Estados Unidos en la región.

¿POR QUÉ SE DERRUMBA EL NUEVO ORDEN MUNDIAL?

Todas estas demostraciones de poder, estos desarrollos absurdos que Trump no cesa de calificar de “fantásticos”, no son más que la expresión de un pánico exagerado. La realidad es que el “Nuevo Orden Mundial”, del que Estados Unidos se proclamó artífice, está desmoronándose, y quizá no somos plenamente conscientes de ello porque estamos inmersos en este proceso.

La razón de este caos es que nunca pudo establecerse un verdadero orden mundial centrado en Estados Unidos, o bien porque el sistema global creado solo servía para satisfacer los intereses estadounidenses.

Desde el día en que Bush padre irrumpió en Oriente Medio como un elefante, emblema del Partido Republicano, la región no ha conocido la paz; al contrario, todo ha empeorado. Mientras Irak se fragmentaba en tres partes, de sus tierras inestables emergieron organizaciones como Al Qaeda, ISIS y el PKK, que convirtieron la región en un lugar aún más inhabitable. Luego, los presidentes estadounidenses que sucedieron a Bush usaron a estas organizaciones como pretexto para intervenir nuevamente, lo que acabó sumiendo a Siria, Líbano y Yemen en la devastación.

Y no quedó ahí: en un intento de proteger y fortalecer a Israel, su aliado incondicional, Estados Unidos cometió un error histórico al ignorar a Palestina en los llamados “Acuerdos de Abraham”. Hoy estamos viendo las consecuencias de ese error en forma de un colapso regional y masacres cada vez más atroces. Si le preguntamos a Trump, dirá que debería recibir el Premio Nobel de la Paz por esas “fantásticas” iniciativas suyas.

La realidad, sin embargo, es que el mundo se ha vuelto más inestable, más caótico y más inseguro. ¿Pero por qué?

Porque:

  • El capitalismo estadounidense es insaciable y codicioso.
  • El gobierno de Estados Unidos sufre una intoxicación de poder alimentada por un exceso de autoconfianza.
  • La intelligentsia estadounidense ya no produce valores éticos ni humanistas.

MIENTRAS AMÉRICA DESPRECIA A EUROPA

No solo nuestra región está atrapada en este desorden: Europa también vive una crisis profunda a raíz de la guerra entre Rusia y Ucrania, que se libra en sus propias puertas. El problema no es únicamente la amenaza rusa. Según la concepción del mundo que tienen Trump y su equipo, la vieja Europa ya debería retirarse del tablero y jubilarse, y por ello es objeto de desprecio. La crisis entre Estados Unidos y Europa, provocada por las humillantes declaraciones del vicepresidente estadounidense J.D. Vance durante la Conferencia de Seguridad de Múnich en febrero de 2025, continúa latente.

Los aranceles comerciales, las amenazas de retirarse de la OTAN: todo ello forma parte de ese desprecio, que ha sacudido profundamente a Europa. Pero lejos de reaccionar con firmeza, Europa parece aceptar y merecer tal humillación: en lugar de recuperar su autonomía, respalda sin reservas las guerras despiadadas del puesto de avanzada estadounidense en la región, Israel, y en la última cumbre de la OTAN giró servilmente en torno a Trump.

ESTADOS UNIDOS NO SABE EXACTAMENTE QUÉ HACER

Estados Unidos, responsable de un orden mundial que ha marchitado y vuelto caótico todo lo que ha tocado, se encuentra, en realidad, en una situación de incertidumbre total respecto a qué camino seguir.

A medida que percibe la pérdida de su poder, actúa en estado de pánico, pulsando todos los botones a su alcance para salvarse, pero cuanto más lo hace, más se hunde. Incapaz de detener su retroceso frente a China, recurre nuevamente a su recurso más confiable: el “revólver del vaquero”. Cree que podrá regresar a sus días felices atemorizando al mundo mediante el despliegue de sus bombas más letales, misiles y portaaviones. Sin embargo, con cada paso que da, su economía se debilita, pierde aliados y aumenta el odio que despierta en su contra. Después, se pregunta con tono agresivo “¿por qué nos odian?” y maltrata aún más a esos países y sus pueblos.

En resumen, cuanto más intentó Estados Unidos imponer un orden mundial, más se deterioraron la estabilidad y el orden globales. De hecho, lo que estamos presenciando es el colapso inevitable e irreversible del orden mundial centrado en EE. UU. Los estruendos de las bombas que oímos, el caos que vemos y la confusión que vivimos no son más que las consecuencias de ese orden que se está derrumbando.

EL NUDO GORDIANO SOLO PUEDE SER CORTADO POR LA ESPADA

Es normal que no comprendamos del todo lo que está ocurriendo, porque aún estamos en medio de este proceso de colapso. No sabemos hacia dónde evolucionará, en qué dirección se encaminará ni cuáles serán sus resultados. Lo único que podemos anticipar es que la humanidad no podrá escapar de las guerras, el caos y el sufrimiento.

Estados Unidos no reconoce que es incapaz de construir un orden y que lo único que ha aportado al mundo son guerras, explotación y caos. Aunque existen académicos e intelectuales en EE. UU. que ya perciben el descenso inevitable y el ocaso del “sueño americano”, la administración Trump desprecia la inteligencia intelectual y la producción académica, por lo que recorta los presupuestos de las universidades una tras otra. Por ello, las célebres universidades y think tanks estadounidenses no pueden ofrecer soluciones a la crisis en la que se encuentra el país. Y aunque lo hicieran, tampoco hay en el gobierno quien esté dispuesto a escuchar esas ideas.

Pero no olvidemos esto: Estados Unidos, los Estados del mundo y el sistema financiero global están tan entrelazados, han establecido relaciones tan complejas, que todo ello se ha convertido en un auténtico nudo gordiano que no se puede desatar. Me temo que solo un Alejandro podrá cortarlo de un tajo.

En definitiva, el “Nuevo Orden Mundial” ha comenzado a resquebrajarse en apenas 35 años. No sabemos exactamente cuándo colapsará ni qué tipo de orden lo sustituirá. Pero lo que sí sabemos es que esto ya es solo cuestión de tiempo.

Kemal Öztürk

Kemal Öztürk es periodista y escritor. Se graduó de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Marmara. Comenzó su carrera profesional como periodista en el periódico Yeni Şafak en 1995. Ha trabajado como reportero de televisión y director de documentales. Entre 2003 y 2007, fue asesor de comunicación del Presidente de la Gran Asamblea Nacional de Turquía. En 2008, trabajó como asesor de prensa del Primer Ministro Recep Tayyip Erdoğan. En 2011, fue nombrado director general de la Agencia Anadolu. Desde 2014, continúa su carrera como columnista, analista y productor de programas en periódicos y cadenas de televisión nacionales e internacionales. Kemal Öztürk ha publicado seis libros y diez documentales.
Correo electrónico: [email protected]
Sitio web: kemalozturk.com.tr

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