¿Qué se está concediendo al PKK para dejar las armas?

Las preguntas que circulan en torno a qué se ha concedido o qué se concederá al PKK a cambio de su desarme son, en esencia, reflejos de temores construidos artificialmente, manifestaciones de la incapacidad de aceptar la igualdad de derechos para todos.
abril 26, 2025
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Las preguntas que circulan en torno a qué se ha concedido o qué se concederá al PKK (El Partido de los Trabajadores de Kurdistán) a cambio de su desarme son, en esencia, reflejos de temores construidos artificialmente, manifestaciones de la incapacidad de aceptar la igualdad de derechos para todos. Más precisamente, representan un miedo a la pérdida de una posición hegemónica.

A medida que avanza el proceso para que el PKK deponga las armas, según lo planificado, también se van revelando actividades destinadas a contaminarlo. Por un lado, se debate sobre «qué ha dado el Estado para que la organización deje las armas», y por otro, se difunden predicciones destinadas a crear la percepción de un conflicto entre el presidente y Bahçeli, quienes participan en el proceso. Tales esfuerzos no tienen capacidad real para determinar el resultado, aunque sí pueden alterar la percepción pública. Para quienes dirigen esta nueva iniciativa, incluidos quienes participaron en el proceso entre 2009 y 2015, estas maniobras carecen de eficacia. Sin embargo, es importante recordar que podrían activar temores artificialmente creados.

Si observamos la historia reciente del país, estas prácticas disruptivas y los esfuerzos del gobierno para solucionar el conflicto no son nuevos. La búsqueda de soluciones ha sido un tema central durante los últimos 40 años. En los periodos de gobierno de líderes como Özal, Demirel, Yılmaz, Ciller, Erbakan y Ecevit, el tema siempre estuvo presente. Las prácticas de generar temores y sabotear los intentos de solución se intensificaron especialmente entre 2009 y 2015. Debido a que se dieron pasos concretos en el contexto de las negociaciones de Oslo, la apertura democrática y el proceso de paz, quienes se opusieron al desarme intentaron impedir las iniciativas políticas del gobierno mediante la fabricación de distintos temores. Como resultado de estas acciones, tanto internas como externas, el proceso finalmente fracasó. El intento del PKK de trasladar la violencia a las ciudades, el deseo de FETÖ de aprovechar la situación para tomar el poder, y la interferencia de ciertos países en Europa, la región y una facción dentro de EE. UU., son ejemplos concretos. Frente a estos esfuerzos de sabotaje, lo necesario es clarificar públicamente el rumbo del proceso.

¿Por qué la Confidencialidad?

La mayoría de los procesos de desarme de organizaciones armadas comparten etapas similares. Aunque existe una gran diferencia entre aprovechar experiencias y copiarlas directamente, la característica común de estos procesos es que deben llevarse con discreción hasta cierto punto, generalmente gestionados por agencias de inteligencia. La esencia de estas actividades consiste en dialogar, discutir y gestionar el proceso de desarme. La mejor definición al respecto fue ofrecida por el ex primer ministro irlandés, Bertie Ahern: «Mantuvimos las conversaciones en secreto durante años; de no haberlo hecho así, no habría permanecido ni un solo día en el cargo». Por otra parte, el expresidente colombiano Juan Manuel Santos describió su proceso en tres etapas: «conversaciones secretas, conversaciones confidenciales y conversaciones en el parlamento». Las conversaciones secretas, explicó, fueron contactos sin registros que duraron años. Esta confidencialidad no busca ocultar algo a la sociedad, sino que es una necesidad para sentar las bases del proceso. No hay nada que se esté dando o recibiendo, y todo sucede bajo el conocimiento, control y autorización del poder político.

Etapas del Proceso

El proceso puede describirse en tres etapas principales. La primera es el posicionamiento de los servicios de inteligencia y actores relevantes en relación con el proceso. Esta etapa puede denominarse diplomacia encubierta e inteligencia. En Türkiye, esta fase salió a la luz con la declaración pública de Devlet Bahceli, aunque los pasos necesarios por parte de la inteligencia comenzaron con autorización directa del gobierno y el presidente. La tarea principal en esta fase es gestionar el diálogo que permita sentar las bases para la entrega de armas.

La segunda etapa incluye la aplicación del marco legal tras el desarme, es decir, la implementación de las leyes vigentes sobre los miembros de la organización que han depuesto las armas. La legislación existente ya responde a muchas necesidades, aunque el parlamento podría y debería intervenir cuando sea necesario hacer ajustes específicos.

Responsabilidad Parlamentaria

La tercera etapa implica la preparación y discusión parlamentaria de las reformas legales necesarias dentro de un marco de legitimidad social. A pesar del sistema de alianzas y del umbral electoral vigente, la actual composición del parlamento posee una amplia representatividad social, lo que facilita la aceptación social de las reformas. La tarea inicial consiste en aplicar plenamente la legislación vigente. Solo cuando surjan problemas que la legislación actual no contemple, se deberán aprobar nuevas regulaciones. Puesto que la función del parlamento es resolver estos asuntos mediante leyes, no tiene sentido debatir sobre qué se ha dado o recibido, ya que el objetivo real es garantizar la paz social y la permanencia de la república.

Objetivo: Un Ciudadano Empoderado

Debe quedar claro que no se está dando ni recibiendo nada. El objetivo fundamental es resolver el mayor problema del país, especialmente uno que afecta directamente la vida y seguridad de los ciudadanos. La principal responsabilidad del gobierno es establecer un clima político en el que todos los ciudadanos, unidos por el vínculo común de ciudadanía, disfruten de iguales derechos y se sientan así. Esto es especialmente relevante dada la percepción histórica de discriminación entre ciudadanos. Corresponde al gobierno tomar medidas concretas para superar estas percepciones.

Las preguntas sobre «qué se ha dado» al PKK reflejan fundamentalmente el temor a perder privilegios y superioridad, alimentados por un paradigma de seguridad centrado en el Estado. El proceso actual no es una distribución de prebendas; es la creación de una atmósfera política donde se abandonen las armas como medio político y se garantice la igualdad ciudadana. El desarme es un medio, no un fin en sí mismo, hacia un régimen democrático, la transformación democrática del Estado y la plena aplicación del principio de ciudadanía igualitaria. Este es el primer paso hacia un paradigma centrado en la seguridad humana.

Finalmente, no deben tomarse en serio las especulaciones futuristas de quienes no han aportado nada positivo en el pasado. Lo que vivimos hoy son pasos serios y honestos para cerrar una herida que ha costado mucho a todos los que consideran a Türkiye su patria. Mientras esta herida cicatriza, queda claro quién busca el bien y quién busca el mal.

Adnan Boynukara

Adnan Boynukara trabajó como ingeniero y gerente en diversas instituciones entre 1987 y 2009. Fue asesor principal en el Ministerio de Justicia de Turquía entre 2009 y 2015. Fue diputado por la provincia de Adıyaman durante los periodos 25º y 26º en el Parlamento de Turquía. Sus áreas de interés incluyen la administración pública, la seguridad, la lucha contra el terrorismo, la resolución de conflictos y los procesos de paz.
Correo electrónico: [email protected]

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