Justificaciones para no Deponer Las Armas y La Importancia de La Razón y La Responsabilidad para Hacerlo

Uno de los temas que ha marcado de manera determinante los últimos 40 años de Türkiye es la actividad terrorista llevada a cabo por el PKK. Naturalmente, esta cuestión no solo involucra aspectos de seguridad, sino que también plantea repercusiones políticas, económicas y sociales. La vía para debatir todos los problemas derivados de la actividad terrorista está directamente relacionada con la salida del arma de la ecuación.
marzo 28, 2025
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“No se puede ir a ninguna parte con los coches del pasado…”

Maksim Gorki

Uno de los temas que ha marcado de manera determinante los últimos 40 años de Türkiye es la actividad terrorista llevada a cabo por el PKK (El Partido de los Trabajadores de Kurdistán). Naturalmente, esta cuestión no solo involucra aspectos de seguridad, sino que también plantea repercusiones políticas, económicas y sociales. La vía para debatir todos los problemas derivados de la actividad terrorista está directamente relacionada con la salida del arma de la ecuación. El resultado más esencial de que el arma quede al margen es la posibilidad de hablar de los múltiples nudos problemáticos que existen y producir soluciones. Por este motivo, la llamada de Öcalan que insta a “abandonar las armas y disolver la organización, pues las causas fundacionales ya han desaparecido” resulta muy significativa. El asunto en cuestión va más allá de un reclamo ordinario: es un llamado hecho a la luz de la realidad de nuestra época, de las necesidades geopolíticas, de las condiciones históricas y de la transformación social.

El Mecanismo de Crear Excusas

El contenido de la llamada es bastante claro. Lo que se está discutiendo y la hoja de ruta están perfectamente definidas. Aun así, hay quienes producen excusas, y solo ellos saben a qué intereses sirven. La gente de este país conoce muy bien esa mentalidad que fabrica pretextos y a sus defensores. Si lo deseamos, recordemos lo sucedido en febrero de 2015.

Durante el proceso de solución de Türkiye se hicieron dos declaraciones. La primera fue en marzo de 2013, con la consigna de “que la organización dejara las armas y saliera del país”. La segunda, el 28 de febrero de 2015, cuando se llamó a la organización a “poner fin al uso de las armas contra el Estado de la República de Türkiye”. Ambos comunicados reflejaban la posición del fundador de la organización. Las personas que, en nombre del partido político, asumieron responsabilidades en el proceso, así como quienes están en Kandil, lo saben muy bien. Para comprender el origen y la motivación de las excusas que han empezado a surgir recientemente, conviene recordar las declaraciones que la organización emitió después del 28 de febrero de 2015 y las justificaciones que fabricó.

¿Qué Sucedió Después de La Declaración de Dolmabahçe?

  • 28 de febrero de 2015: En Dolmabahçe se hizo un llamado para que el PKK abandonara las armas.
  • 28 de febrero de 2015: Justo después de este llamado al abandono de las armas en Dolmabahçe, Mustafa Karasu, miembro del KCK, declaró: “Si el gobierno es serio, que nos permita reunirnos con Öcalan”. Y añadió: “Es demagogia afirmar que, sin resolverse este problema, el PKK va a dejar las armas, que el PKK celebrará un congreso y tomará la decisión de dejarlas”. Karasu, portavoz de otra rama de la organización, fue más allá al afirmar: “Ahora se discute la solución del problema kurdo, e incluso el AKP pretende crear la percepción de que el PKK va a abandonar la lucha armada. Sin que Apo (Öcalan) y el PKK se reúnan, sin que este problema se resuelva, es pura demagogia decir que el PKK va a dejar las armas o que realizará un congreso para renunciar a ellas…”. Con estas palabras, demostró que encarnaba la postura de la intransigencia.
  • 5 de marzo de 2015: Cemil Bayık dijo: “Primero la solución, luego se abandonarán las armas”.
  • 11 de marzo de 2015: Cemil Bayık y Bese Hozat afirmaron: “Las declaraciones de que el PKK dejará las armas son propaganda electoral del AKP”. Estos dos dirigentes señalaron que “las armas solo podrán abandonarse mediante un congreso en el que Öcalan participe personalmente”. Declararon, además: “El PKK no hará público tal decisión mientras Öcalan siga preso. Hasta que no se den pasos que generen confianza en nuestro movimiento, en el pueblo y en las fuerzas democráticas de Türkiye, no puede pensarse en convocar el congreso ni en que ese congreso adopte las decisiones que se pretende”.
    A la pregunta de una periodista dirigida a Cemil Bayık: “Si Öcalan participara en el congreso por teleconferencia o enviara un mensaje, ¿sería suficiente para que tomaran la decisión de abandonar la lucha armada contra Türkiye?” Bayık respondió: “No. Nosotros celebramos el congreso cuando lo consideramos necesario, pero no adoptaremos esta decisión sin que el Líder (Öcalan) se reúna personalmente con la guerrilla”. Por su parte, Bese Hozat añadió: “Mirándolo con realismo, no se han preparado las condiciones para llevar el proceso de solución a un entorno externo. Nuestro Líder es el principal negociador y debe conducir el proceso desde İmralı. Pero es perfectamente natural que, si vamos a convocar un congreso, nuestro Líder deba dirigirse a él”.
  • 12 de marzo de 2015: Sabri Ok manifestó: “Tras la Declaración de Dolmabahçe del 28 de febrero, no se ha alcanzado ni un acuerdo ni la paz, ni se ha dado ningún paso nuevo para la solución. Los anuncios de que el PKK deja las armas son planteamientos dogmáticos…”, dejando así clara su postura.

Las Consecuencias de Producir Excusas

Si tomamos en cuenta estas declaraciones, se ve con nitidez que la organización presentó condiciones técnicamente imposibles para contrarrestar el llamado a “abandonar las armas” y se escudó en excusas. Esa postura equivalía a “dar largas” al asunto. El único tema central de la declaración del 28 de febrero de 2015 en Dolmabahçe era que la organización se reuniera y anunciara que abandonaba las armas. Esta era también la demanda y la expectativa del pueblo. Dicho de otro modo, para poder dialogar era imprescindible que las armas y la violencia dejaran de ser herramientas. Frente a esta petición, Kandil optó por fabricar excusas en lugar de decir directamente “no estamos dispuestos”.

¿Qué sucedió entonces? La organización dio la orden de proclamar la autogestión. Ciertas personas intentaron poner en práctica esta instrucción. Kandil fue más allá y trató de trasladar el terrorismo a las ciudades. Buscó crear “zonas liberadas” para transmitir la idea de que existía una situación de vulnerabilidad. La actitud de Kandil costó la vida a miles de personas y provocó la devastación de las ciudades. Un amplio sector de la población kurda empezó a cuestionar la razón de ser de la organización y a quién servía. Los miembros de Kandil, que antes hacían declaraciones diarias sobre el proceso de solución, adoptaron una actitud silenciosa y pasaron a la invisibilidad tras estos acontecimientos.

Lo Que Está Sucediendo Hoy

Lo que vemos hoy es que Kandil repite su actitud de entonces. Todos sabemos que el tema principal de las conversaciones y del proceso es el abandono de las armas. Porque una vez que estas queden fuera, habrá mucho que discutir. Pero la prioridad es que dejen de estar presentes. El líder de la organización lo expresa con total claridad. En tal caso, o bien se actúa conforme a lo que establece el texto escrito por el líder de la organización, o bien se declara que no se acepta ni a su líder ni el texto que ha redactado. Esto es un asunto serio, y no puede manejarse a base de demandas nunca antes debatidas. Menos aún es admisible convertir estos temas en munición para polémicas internas y discusiones estériles. Este asunto, que atañe a la seguridad de la vida y los bienes de nuestra gente, es de sumo valor. Que nadie manipule el paso que se está dando, ni mantenga a los kurdos en la línea de fuego, ni ejerza tutela sobre ellos.

El primer paso en este proceso ha sido la declaración; el segundo es que la organización tome la decisión de disolverse. Eso es lo que se espera. Todas las tareas que deben asumir los actores políticos comenzarán después de que se adopte la decisión relativa a la organización. La declaración de Bahçeli, el proceso iniciado con la aprobación y el apoyo del presidente Erdoğan, así como la firme determinación del gobierno y de las instituciones competentes, demuestran la solidez de esta iniciativa. Algunos portavoces de la organización, en cambio, dispersan el contenido del debate, lo banalizan y desvirtúan el llamamiento de Öcalan. Resulta incoherente afirmar “Öcalan es nuestra voluntad, él es el que decide y respaldamos su llamado” si no se atiende a su petición. Solo hay una acción consecuente: cumplir con lo que esa llamada exige. Eso es lo que se espera y se quiere.

La Responsabilidad Genuina Que Necesitamos

Depende de la organización decidir si se reúne o no. Pero quedará constancia de que, por segunda vez, se ha rechazado la mano tendida para la solución. En lugar de producir excusas, sería más honesto explicar por qué no se quiere abandonar las armas y por qué se ve con malos ojos la petición de disolver la organización. Esto nos concierne a todos en el país. La decisión de dejar las armas es mucho más valiosa que la de emplearlas. El llamado no solo implica la disolución de la organización; al mismo tiempo, plantea un escenario de lucha política civil tras esa decisión. La lucha política se lleva a cabo produciendo propuestas y adaptándose a las circunstancias. Quienes no sean capaces de diseñar una estrategia y una táctica acordes con el curso de la historia arrastrarán al abismo a las masas que dicen representar, en vez de llevarlas a la meta. Para evitarlo, Kandil debe leer correctamente la llamada del líder de la organización y sus motivaciones, estrechar la mano que se le tiende y permitir que se abra la puerta al futuro.

A partir de ese momento todo será más sencillo. La forma de construir un futuro común para todos los pueblos que habitan en este país y en la región se definirá con comprensión mutua, empatía, en un entorno democrático, dialogando, persuadiendo al otro con serenidad y paciencia. En un proceso así, cada actor político, grupo, entorno, individuo, en igualdad de condiciones, expresará su opinión y con el tiempo se alcanzará un consenso común que madurará de forma paulatina. Lo hará el PKK y Kandil, abandonen las armas o no. A partir de ahora se iniciará un proceso definido por la voluntad común de los pueblos. Un proceso en el que nadie ostente el derecho ni la autoridad para hablar en nombre de otros. Conviene aclararlo de manera rotunda: no se trata de una “victoria” o de una “derrota”, ni mucho menos de una “guerra” o una “guerra civil”. Lo que está en juego es no cargar con el lastre del siglo pasado, construir en un mundo distinto un nuevo clima de vida común y, para ello, extraer lecciones del pasado y centrarse en el porvenir. Esto exige una responsabilidad auténtica.

Ojalá los errores del pasado no se repitan y que, “nosotros”, podamos avanzar con éxito hacia la formación de un escenario en el que podamos discutir nuestros asuntos comunes. Porque se trata de un proceso sin perdedores ni excluidos. No existe otra meta que construir una Türkiye y una región sin víctimas ni excluidos. Esto vale tanto para turcos como para kurdos, para árabes y para todos los pueblos de la región.

Adnan Boynukara

Adnan Boynukara trabajó como ingeniero y gerente en diversas instituciones entre 1987 y 2009. Fue asesor principal en el Ministerio de Justicia de Turquía entre 2009 y 2015. Fue diputado por la provincia de Adıyaman durante los periodos 25º y 26º en el Parlamento de Turquía. Sus áreas de interés incluyen la administración pública, la seguridad, la lucha contra el terrorismo, la resolución de conflictos y los procesos de paz.
Correo electrónico: [email protected]

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