“Estados Unidos ya es enemigo de Europa”

El enunciado no es mío, sino de un diplomático del Viejo Continente. Alude a lo que podríamos calificar como una “declaración de guerra” entre Estados Unidos y Europa, planteada durante la Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich el pasado 14 de febrero. Mientras Europa festejaba el Día de San Valentín, el nuevo vicepresidente de EE. UU., JD Vance, pronunció un discurso tan vehemente y agresivo que arruinó toda la atmósfera romántica de la fecha. Políticos y diplomáticos presentes empezaron a preguntarse si Estados Unidos ya no es un aliado, sino incluso un potencial enemigo. La situación era así de seria.
marzo 5, 2025
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(Según la célebre expresión de un diplomático europeo)

El enunciado no es mío, sino de un diplomático del Viejo Continente. Alude a lo que podríamos calificar como una “declaración de guerra” entre Estados Unidos y Europa, planteada durante la Conferencia de Seguridad celebrada en Múnich el pasado 14 de febrero. Mientras Europa festejaba el Día de San Valentín, el nuevo vicepresidente de EE. UU., JD Vance, pronunció un discurso tan vehemente y agresivo que arruinó toda la atmósfera romántica de la fecha. Políticos y diplomáticos presentes empezaron a preguntarse si Estados Unidos ya no es un aliado, sino incluso un potencial enemigo. La situación era así de seria.

Gideon Rachman, editor principal de asuntos exteriores en Financial Times, conversó con algunos de los diplomáticos y dirigentes que asistieron al encuentro, y recogió sus impresiones en una columna cuyo titular inspire esta nota. No solo ese periódico, sino también The Economist, The Guardian y otros medios influyentes de Europa parecen haberle declarado una “guerra mediática” a Estados Unidos. Incluso la BBC está investigando cómo podría Europa protegerse sin contar con los norteamericanos.

La causa subyacente de esta indignación es la retórica de Trump, Vance y Elon Musk, que menosprecia a Europa y ha hecho perder los estribos tanto a los políticos como a los intelectuales del continente.

Europa, indefensa sin Estados Unidos

Durante décadas, Europa ha vivido en la complacencia. Mientras sus analistas, periodistas y expertos debatían largamente sobre la “virtud” del matrimonio igualitario, la situación de los salmones en los mares del norte, la alimentación vegana o la Semana de la Moda de Milán, su aliado de los últimos 80 años, Estados Unidos, les dio un golpe de realidad en Múnich.
La clase política europea, ocupada en disertar sobre cómo expulsar a los migrantes, en sostener que la quema del Corán es libertad de expresión o en dar lecciones sobre los derechos de minorías en el extranjero, ha despertado bruscamente y se pregunta: “¿Qué haremos sin Estados Unidos?”.

La respuesta la ofreció a Financial Times un ministro de Exteriores que participó en la reunión de Múnich y prefirió mantener el anonimato:

“Sin la ayuda de Estados Unidos, ni siquiera somos capaces de atender las funciones de seguridad más elementales”.

Años de pasividad han llevado a ceder por completo el control de su defensa a la protección estadounidense, hasta el punto de que, en muchos casos, lo único que queda es la policía de tráfico. Al observar esta situación, el presidente de Estados Unidos, con perfil de hombre de negocios, ha protestado: “Gastamos miles de millones de dólares en la OTAN y en nuestras bases militares en Europa para protegerlos; esa época se ha terminado, señores”.
El secretario de Defensa norteamericano, de visita en Polonia, lanzó a los europeos una verdad dolorosa:

“No podemos protegerlos para siempre. Deben invertir en su propia defensa”.

Dinero para la industria militar

Los 27 países de la Unión Europea se han quedado sin abrigo en el bosque, por así decirlo, al carecer de aviones, misiles, sistemas de defensa antiaérea y armas nucleares propios, que hasta ahora habían recibido de Estados Unidos.
Hace tiempo saben que, a excepción de Reino Unido y Francia, el continente no dispone de fuerzas armadas con capacidad para frenar una “invasión rusa”, pero no habían reaccionado.
La guerra en Ucrania ya les quitaba el sueño. Hasta el momento, habían logrado convencer a los ucranianos para que, a cambio de dinero, pusieran los muertos en el campo de batalla, manteniendo así a Rusia alejada de sus fronteras. Alemania, la economía más poderosa de Europa, tuvo que sufragar parte del sueldo de las tropas ucranianas y, aun así, el año pasado su PIB se contrajo. Si ni Alemania, con todos sus recursos, puede sostener ese gasto, ¡imagínense la situación de los demás!
Pero el problema es más grave: el dinero no basta para sostener a Ucrania sin las armas estadounidenses.
No se dejen engañar por la supuesta fanfarronería con la que el Reino Unido anuncia el envío de tropas a Ucrania: ni en Inglaterra ni en Francia los ciudadanos, que desayunan cada mañana un croissant o un cappuccino, partirían a arriesgar sus vidas por Ucrania. Es lógico que se preparen para despedirse de ese país.

Una Europa sin liderazgo y sin influencia

Mientras Oriente Próximo ardía, la prioridad europea no era la tragedia humana, sino encontrar la forma de frenar la llegada de migrantes. Su fórmula: permitir que Italia, Grecia o Malta hundieran los barcos de migrantes en el Mediterráneo. Ese método inhumano causó miles de muertes sin suscitar apenas reacción.
En lugar de prevenir el auge de la ultraderecha, las élites europeas promovieron igualmente políticas hostiles a la inmigración para mantenerse en el poder.
La Unión Europea se encamina a la desintegración y sus dirigentes no logran evitarlo. En el ámbito militar y económico, Europa ha perdido hace tiempo la condición de potencia de equilibrio mundial.
Sus ideas parecen reducirse a: “Si estalla una guerra, que intervengan Estados Unidos, China y Rusia; después, en la reconstrucción de esos países devastados, nosotros haremos negocios”.
Tras el mandato de Angela Merkel, Alemania no ha alumbrado un liderazgo que compense, y el conjunto de Europa se muestra débil, ineficaz y ahora también desprotegido. En las próximas semanas, el primer ministro británico y el presidente francés irán a Estados Unidos. Veremos qué les pide Trump a cambio de la protección. Quizá enuncie su principio: “El que paga, será defendido”. Esta frase definiría perfectamente a Trump, el hombre de negocios.

Türkiye podría subir al escenario

Europa lleva medio siglo dilatando la adhesión de Türkiye a la UE, aun cuando ese país cumplió casi todos los requisitos de ingreso. Ahora, algunos se arrepienten de la demora.
Con la undécima economía más grande del planeta y la cuarta de Europa, con una de las diez fuerzas armadas más poderosas del mundo, 85 millones de habitantes y una juventud capaz, Türkiye habría podido aportar un impulso decisivo al Viejo Continente.
Hoy, políticos e intelectuales europeos empiezan a hablar de ello. Sin embargo, con los altísimos niveles de islamofobia, xenofobia y ultranacionalismo que sufren en sus propias sociedades, parece dudoso que estén preparados para la adhesión de Türkiye.
Por otra parte, ¿está Türkiye tan ansiosa como antes por entrar en la UE? Los sondeos señalan que la mayoría de la población turca ya no ve con buenos ojos el ingreso.
Además, de producirse esa incorporación, Türkiye calibraría el equilibrio con Rusia, China y Estados Unidos. ¿Qué resultará de todo esto?
Hasta ahora, nunca había escrito un artículo sobre los problemas entre Estados Unidos y Europa. ¡Se ve que es un tema interesante y cómodo de abordar!
¿Acaso siempre tenemos que debatir solo nuestras propias dificultades?

Kemal Öztürk

Kemal Öztürk es periodista y escritor. Se graduó de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Marmara. Comenzó su carrera profesional como periodista en el periódico Yeni Şafak en 1995. Ha trabajado como reportero de televisión y director de documentales. Entre 2003 y 2007, fue asesor de comunicación del Presidente de la Gran Asamblea Nacional de Turquía. En 2008, trabajó como asesor de prensa del Primer Ministro Recep Tayyip Erdoğan. En 2011, fue nombrado director general de la Agencia Anadolu. Desde 2014, continúa su carrera como columnista, analista y productor de programas en periódicos y cadenas de televisión nacionales e internacionales. Kemal Öztürk ha publicado seis libros y diez documentales.
Correo electrónico: [email protected]
Sitio web: kemalozturk.com.tr

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