El 1700.º Aniversario del Concilio de Nicea: La Encrucijada entre el Tawḥid y la Trinidad

septiembre 15, 2025
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Hoy, a mil setecientos años del Concilio de Nicea, la tarea que recae sobre los musulmanes es volver a situar en la memoria al erudito monoteísta Arrio y rescatar su recuerdo olvidado. Debe revivirse asimismo la memoria de los pueblos de Nicea, Antioquía y Constantinopla (Estambul), en su mayoría arrianos, pues ellos constituyen los testigos silenciosos que reflejan el espíritu originario de unidad divina (tawḥid) del cristianismo.

El Lugar donde el Tawḥid y la Trinidad se Enfrentaron: El Concilio de Nicea

El mundo cristiano celebra este año el 1700.º aniversario del Concilio de Nicea, la primera gran asamblea del cristianismo antiguo. Reunido en el año 325 d.C., este concilio no constituye solo un hito en la historia del cristianismo, sino también en la de la humanidad. Las preguntas planteadas entonces “¿Por qué se reunieron? ¿De qué hablaron? ¿Qué decisiones tomaron y cómo se dispersaron?” han sido objeto de debate durante siglos y sus ecos aún resuenan.

La controversia iniciada en las iglesias de Egipto se extendió rápidamente a lo largo del Imperio romano. Eusebio de Cesarea (†339), obispo de Palestina y célebre cronista eclesiástico, escribía que estas disputas debilitaban la fraternidad entre los cristianos, algo que inquietaba al emperador Constantino. Como amigo del emperador, Eusebio nunca habría escrito nada que pudiera parecer ofensivo o falso respecto a él.

En efecto, tras derrotar a Licinio en la batalla de Crisópolis (Üsküdar) el 18 de septiembre de 324, Constantino encontró las ciudades cristianas del Mediterráneo oriental agitadas por querellas doctrinales. Esta pugna se conocía como la “controversia arriana”. La voz de Arrio, procedente de Egipto, había alcanzado Siria, Antioquía, Constantinopla y Asia Menor, hasta llegar finalmente a los oídos del emperador.

Para sofocar aquel incendio, Constantino convocó a los principales obispos del Mediterráneo y Asia Menor a una reunión en Nicea. Así se inauguró el primer gran concilio de la historia cristiana.

El Profeta y los Arrianos

Pero este concilio no es relevante únicamente para el cristianismo, sino también para el islam. Fue la primera ocasión en que el monoteísmo (tawḥid) y la doctrina trinitaria se enfrentaron abiertamente en una asamblea oficial. Allí se definió por primera vez el credo cristiano y se institucionalizaron las divisiones confesionales. En Nicea, el libio Arrio defendía la pureza del monoteísmo y de la verdadera fe; mientras que Atanasio de Alejandría representaba la posición trinitaria.

Siglos más tarde, el profeta Muḥammad (ﷺ) al dirigirse al emperador bizantino Heraclio, evocó precisamente a los “arrianos”, recordando aquella tensión histórica. Esta referencia, transmitida en los hadices recogidos por Bujari y Muslim, ha sido lamentablemente distorsionada en algunas traducciones, donde el término “aryisiyin” se ha interpretado erróneamente como “campesinos, súbditos o ciudadanos”. Sin embargo, el Mensajero de Dios se refería de forma explícita a los arrianos, defensores del cristianismo primitivo y monoteísta.

Su llamado era claro: “Hazte musulmán y encontrarás la salvación. Hazte musulmán y Dios te recompensará doblemente. Y si rechazas, el pecado de los arrianos recaerá sobre ti.”

Esta frase trasciende el simple dato histórico: es un signo profundamente incrustado en el corazón de la verdad. No obstante, las malas traducciones han impedido durante mucho tiempo que incluso los herederos de Fātiḥ reconocieran esta gran realidad.

La pregunta esencial que se impone es: ¿Quién fue Arrio? ¿Y por qué ocupa un lugar tan singular en las palabras del Mensajero de Dios?

Turan Kışlakçı

Turan Kışlakçı completó su educación superior en Islamabad e Estambul. Comenzó su carrera periodística en la escuela secundaria y fue editor de noticias internacionales en el periódico Yeni Şafak. Es fundador de Dünya Bülteni y Timeturk. Además, ha desempeñado roles como director de publicaciones en la Agencia Anadolu para Medio Oriente y África, y coordinador general en TRT Árabe. Fue presidente de la Asociación de Periodistas Turco-Árabes y de la Asociación MEHCER, además de haber trabajado como subsecretario en el Ministerio de Cultura de Catar. Actualmente, presenta el programa Fildişi Kule en Ekol TV y escribe para el periódico el-Kuds el-Arabi. Es autor de dos libros sobre Oriente Medio.

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