Siria Post-Assad: Fosas Comunes, Viejos Juegos y Nuevas Alianzas

La administración Shara, junto con los países que la respaldan principalmente Türkiye, Catar y Arabia Saudita debe construir una alianza sólida centrada en Palestina a lo largo del eje Bagdad–Damasco–Beirut–El Cairo. Pues el futuro de Palestina es, al mismo tiempo, el futuro de dicho eje. A medida que Damasco sane sus heridas, el aliento de Gaza también se fortalecerá…

El 8 de diciembre, los sirios celebraron en todas sus ciudades el primer aniversario de la mañana que nació tras una de las noches más largas y más duras de su historia. Exactamente un año antes, el 8 de diciembre, las fuerzas de la oposición habían entrado en la capital, Damasco, y la dinastía Assad de 54 años, junto con el orden baazista de 61 años, había quedado sepultada en una de las páginas más oscuras de la historia. Aquella hoja del calendario dejó de ser simplemente una fecha; se convirtió en un punto de inflexión en el destino de un pueblo forjado por la sangre, la paciencia, el exilio y la devastación…

Durante años, nadie creyó realmente que esta revolución pudiera llegar a producirse. Porque no se enfrentaban simplemente a un gobierno, sino a un Estado del miedo que había perdurado medio siglo. La represión ejercida por el régimen de Bashar al-Asad a lo largo de los trece años de guerra civil se había convertido en uno de los procesos de destrucción más sistemáticos que el mundo había presenciado. Y, sin embargo, hubo quienes escucharon los pasos de esta revolución. La Revolución Siria: la epopeya del siglo y el camino hacia la victoria, un libro de una de las figuras simbólicas de la revolución siria, el Dr. Abdulmunim Zayn al-Din, traducido al turco en 2022, susurraba el espíritu de esta marcha inevitable incluso cuando la victoria parecía inalcanzable.

Hoy, el pueblo sirio celebra la revolución que logró regar con su sangre cada rincón del país. Espero que los habitantes de esta tierra milenaria, devastada por dos siglos de tiranía, ocupación, golpes de Estado y guerras por poder, puedan alzarse nuevamente muy pronto. Porque Siria no es solo un país; es uno de los cruces de civilizaciones más antiguos de la humanidad. La recuperación de Damasco será una fuente de sosiego interior no solo para los países vecinos, sino para toda la región…

Estuve en Damasco el mes pasado. A pesar de todas sus heridas, la vida volvía a abrirse paso en esta ciudad antigua… La historia, mezclada con el olor a gasolina, se filtraba entre los muros centenarios de las estrechas calles y rozaba los rostros cansados de hoy. Con un paso se percibía la destrucción, y con el siguiente se presenciaba la persistencia de la vida…

Caminar por estas tierras que habían sido testigo de una brutalidad sin parangón era avanzar sobre huellas de dolor en cada pisada. Sin embargo, la tenue sonrisa que asomaba en los rostros de quienes encontré alrededor de la Mezquita de los Omeyas revelaba la existencia de una esperanza que seguía viva entre tantos escombros. Era como si las piedras hubieran sido pulverizadas, pero no la voluntad de vivir de las personas.

Casi todos los funcionarios con los que hablamos señalaron que, a pesar del año transcurrido, cada día seguían descubriéndose decenas de nuevas fosas comunes. Tras la caída del régimen de Bashar al-Asad, Siria continúa, en cierto sentido, abriendo el archivo de la muerte.

Lo que llaman “fosas comunes mixtas” son zanjas donde los cuerpos eran arrojados unos sobre otros, sin identificación, sin nombres y sin oración alguna. Restos humanos están emergiendo desde todos los rincones del país. Es muy probable que estos huesos pertenezcan a miles de personas asesinadas durante las eras de Bashar al-Asad y de su padre, Hafez al-Asad, quienes gobernaron Siria durante más de medio siglo. El régimen de los Asad había convertido, en el sentido más pleno del término, al país en un inmenso cementerio…

El Centro Sirio de Verificación de Identidades, creado por el nuevo gobierno, intenta determinar la identidad de estos miles de fragmentos óseos. Los expertos recuerdan que incluso en la guerra de Bosnia seguían apareciendo nuevas fosas comunes muchos años después y subrayan que este proceso continuará durante largo tiempo en Siria.

El régimen sirio no fue únicamente un centro de masacres, sino también de asesinatos selectivos. Durante los mandatos del padre y del hijo Asad, decenas de miles de personas de todos los sectores sociales, tanto en Siria como en el Líbano, fueron consideradas “posibles amenazas futuras” que debían ser silenciadas, y fueron eliminadas. Toda voz que arrojara siquiera un destello de esperanza sobre el horizonte del país era acallada por las balas y las bombas del régimen…

Una de esas figuras fue Luna al-Shibil, una periodista drusa que trabajó como asesora de Bashar al-Asad. Las grabaciones de 2018, filtradas recientemente a los medios internacionales, contienen un registro claro de sus palabras sobre Asad, Putin, Irán y Hezbolá. De manera llamativa, unos años después de esas grabaciones, Luna al-Shibil murió en un sospechoso accidente de tráfico en Damasco el 5 de julio de 2024. Tan solo seis meses después de su muerte, el 8 de diciembre de 2024, el régimen de Asad se derrumbó.

A quién no habían matado los Asad… Las fosas comunes que se descubren cada día son los testigos sellados de esta barbarie…

Hoy, el presidente sirio Ahmed Shara, su gobierno y los países de la región deben comprender con claridad lo siguiente: Israel nunca abandonará sus juegos ni en el Líbano ni en Siria. La política de Oriente Medio de Israel se centra en sus áreas vecinas más inmediatas, especialmente el Líbano, Siria, Irak y Jordania.

Esta política descansa en tres principios fundamentales. Su arquitecto, desde la década de 1950, es David Ben-Gurión. Las memorias publicadas de Moshe Sharett, primer ministro y primer ministro de Asuntos Exteriores de Israel entre 1953 y 1955, han revelado sin disputa estos principios. Estos textos, traducidos al turco bajo el título El Terror Sagrado de Israel, exponen con claridad el plan maestro de la región:

  1. Generar caos en los países vecinos, empujar a las minorías hacia la separación y crear miniestados fragmentados.

  2. Establecer un Estado maronita en el Líbano leal a Israel y consolidar la idea de una entidad no árabe en la región.

  3. Ampliar los canales de contacto entre Israel y los poderes regionales, primero mediante vínculos económicos indirectos y luego mediante relaciones directas.

En suma, pese a todo este sufrimiento, el gobierno de Shara se encuentra ante una oportunidad histórica para invertir el rumbo del juego. Atreverse a desafiar es la marca del liderazgo; y el liderazgo exige siempre asumir riesgos. Siria enfrenta hoy no solo la tarea de reconstruir un Estado, sino también la responsabilidad de recomponer una ética regional.

La administración Shara, junto con los países que la apoyan principalmente Türkiye, Catar y Arabia Saudita, debe establecer una alianza sólida centrada en Palestina a lo largo del eje Bagdad–Damasco–Beirut–El Cairo. Pues el futuro de Palestina es también el futuro de dicho eje. A medida que Damasco sane sus heridas, el aliento de Gaza se hará igualmente más fuerte…

 

En el decimotercer aniversario de los levantamientos populares en Siria, se celebraron manifestaciones contra el régimen en Idlib, en el norte del país. En las protestas, a las que asistieron miles de personas, se corearon consignas como «El régimen asesino de Asad debe rendir cuentas» y «Queremos la caída del régimen». En algunos centros de distrito, se izaron en los mástiles las «banderas de la revolución» adoptadas por la oposición.
(Izzettin Kasım – Agencia Anadolu)

Concluyamos este artículo con un poema de Nizar Qabbani, el legendario poeta sirio, titulado Min Mufakkirat ‘Āshiqq Dimashqi (Del diario de un amante de Damasco):

Del diario de un amante de Damasco

Extiendo mis pestañas sobre tu tierra sagrada,
Oh Damasco… ¿por qué comenzamos otra vez con reproches?

Eres mi amada…
Recuéstate en mis brazos como una canción,
y no preguntes por qué he regresado.

Eres la suma de todas las mujeres,
y aquellas a quienes creí amar después de ti
no fueron sino espejismos.

Oh Damasco, infinitas son las orillas de mis heridas;
borra la tristeza y el cansancio de mi frente.
Devuélveme los muros de mi escuela,
regrésame la tinta, la tiza, los cuadernos.

A aquellas callejuelas estrechas…
cuántos tesoros enterré allí,
cuántos recuerdos de infancia dejé en sus piedras.

Cuántos dibujos tracé sobre tus muros,
cuántos de mis juguetes se rompieron en tus escaleras.

Vine del seno del dolor… oh patria mía,
beso tu tierra, tus puertas, tus lámparas de aceite.

Aquí estaba mi amor…
aquí nacieron aquellos a quienes amé.
Pero la vida que ha pasado,

¿quién me la devolverá?

Soy, de pies a cabeza,
una tribu de amantes.
Y con mis lágrimas
regué tanto el mar como las nubes…