Andrew Feinstein: “El Rearme de Alemania es Keynesianismo militar”
Entrevista con Andrew Feinstein sobre el papel de Alemania en el comercio internacional de armas, las causas de la nueva ola de militarización en Europa y las exportaciones de armamento alemán a Israel.
German-foreign-policy.com conversó con Andrew Feinstein sobre el papel de los fabricantes de armas alemanes en el comercio internacional de armamento, la nueva ola de militarización en Europa y las exportaciones alemanas de armas a Israel. Feinstein, quien fue diputado del Congreso Nacional Africano (ANC) en Sudáfrica, es director ejecutivo de Shadow World Investigations, una organización sin fines de lucro que investiga la gran corrupción, el abuso corporativo y el militarismo, con especial atención al comercio mundial de armas. Es autor o editor de obras como The Shadow World: Inside the Global Arms Trade (Londres, 2011), Indefensible: The Seven Myths That Sustain the Global Arms Trade (Londres, 2017) y Monstrous Anger of the Guns. How the Global Arms Trade is Ruining the World and What We Can Do About It (junto a Rhona Michie y Paul Rogers, Londres, 2024).
german-foreign-policy.com: La industria armamentística alemana no cuenta con empresas de la magnitud y reconocimiento internacional de gigantes como Lockheed Martin, BAE Systems o Dassault. Sin embargo, Alemania lleva décadas siendo uno de los cinco mayores exportadores de armas del mundo. ¿Cómo definiría la importancia global de la industria armamentística alemana?
Andrew Feinstein: La industria alemana de armamento es importante por dos razones fundamentales. En primer lugar, porque algunas de sus empresas son fabricantes de gran relevancia. Rheinmetall, ThyssenKrupp: ambas son actores de primer orden en el comercio global de armas. No hay ninguna duda al respecto. La segunda razón es, por supuesto, el papel de Alemania en Europa. Alemania es una potencia tan dominante dentro de la Unión Europea que su enfoque hacia las fuerzas armadas, el comercio de armas y el gasto en defensa resulta sumamente decisivo para el conjunto de la UE y para la postura que esta adopte.
A ello se suma la importancia de comprender cómo ha evolucionado el comercio de armas desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Hablando con franqueza, Estados Unidos es el mayor productor de armas del mundo. En comparación con las empresas europeas, goza de una clara ventaja en términos de economías de escala, ya que cualquier compañía estadounidense como Lockheed Martin sabe que, produzca lo que produzca, gran parte de ello será adquirido por el Pentágono. Así, las ventas al extranjero se suman a las compras efectuadas por el mayor comprador de armas del planeta.
Desde las décadas de 1950, 1960, 1970 e incluso, en cierta medida, hasta principios de los años 80, los estadounidenses incurrieron en prácticas corruptas en el comercio de armas; pero esto terminó con la promulgación de la Ley de Prácticas Corruptas en el Extranjero (Foreign Corrupt Practices Act). Ahora, Trump ha derogado dicha ley, y será sin duda interesante observar qué efectos tendrá esta decisión.