Análisis del Encuentro en Washington entre Trump, Aliyev y Pashinián
A la luz de los puntos expuestos, se evidencia que, aunque ciertos sectores intenten presentar de manera malintencionada este acuerdo como una derrota para Azerbaiyán y Türkiye, la realidad dista de ser así. La explotación de los 43,5 kilómetros de carretera situados en territorio armenio por parte de empresas estadounidenses constituye una decisión soberana de Armenia, sobre la cual Azerbaiyán no tiene obligación alguna. Por su parte, Azerbaiyán no ha suscrito ningún acuerdo con un tercer país respecto a la gestión del tramo de carretera que se encuentra dentro de sus propias fronteras.
Como resultado de la Segunda Guerra de Karabaj, librada entre el 27 de septiembre y el 10 de noviembre de 2020, Azerbaiyán puso fin a la ocupación de Karabaj que se prolongó durante treinta años, liberando así sus territorios de la ocupación.
El 10 de noviembre de 2020, el presidente de la Federación Rusa, Vladímir Putin; el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev; y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián, firmaron una declaración relativa al alto el fuego. Con dichas firmas se acordó la retirada de las unidades militares armenias de Kelbajar, Aghdam y Lachín, así como el despliegue de fuerzas de paz rusas en Jojalí, Jankendi y Jocabend. En 2023, Azerbaiyán, mediante una operación antiterrorista, logró el control total de Karabaj.
La cláusula más destacada de aquel acuerdo de 2020 fue, sin duda, la que preveía el acceso directo a Najicheván, territorio separado geográficamente de Azerbaiyán hacía casi cien años. Fue en la noche de la victoria, del 9 al 10 de noviembre, cuando por primera vez se escuchó en boca del presidente azerbaiyano la expresión “Corredor de Zangezur”. Tras la exitosa operación antiterrorista de Azerbaiyán, el discurso se centró plenamente en la paz. El Cáucaso Meridional, desde la disolución de la Unión Soviética, nunca había podido disfrutar de su independencia en un clima de paz. Esta misma idea volvió a ser pronunciada ayer, 8 de agosto de 2025, en Washington, por Ilham Aliyev, durante la rueda de prensa conjunta de los tres líderes.
Entre 2023 y 2025, durante las negociaciones de paz, existieron dos puntos críticos en los que Azerbaiyán y Armenia no lograban ponerse de acuerdo:
En primer lugar, la permanencia en la Constitución de Armenia de disposiciones que, en contra de la integridad territorial de Azerbaiyán, aludían a la anexión de Karabaj a Armenia, así como referencias a la Declaración de Independencia de Armenia; circunstancias que llevaron al gobierno azerbaiyano a exigir, con razón, la modificación de dicha Constitución.
En segundo lugar, la oposición de Armenia a la idea del Corredor de Zangezur, respaldada por Irán. En un principio, el gobierno armenio insinuaba que, en el mejor de los casos, podría abrirse simplemente una carretera, a la que Azerbaiyán tendría acceso en igualdad de condiciones que cualquier otro país.
Reuniones de Abu Dabi
Antes de abordar el encuentro de Washington del 8 de agosto, mencionado anteriormente, resulta necesario referirse a la reunión celebrada en julio entre el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinián. En dicha ocasión, el jefe de gobierno armenio acudió con la propuesta del proyecto denominado “Cruce por la Paz”, una idea que venía planteando desde hacía aproximadamente un año y que, según afirmó, aportaría beneficios a la región.
Asimismo, en sus declaraciones de marzo y abril, Nikol Pashinián había manifestado que la Constitución de Armenia debía ser modificada. En Abu Dabi, los líderes mantuvieron conversaciones sin mediadores y centradas exclusivamente en la paz, tras las cuales se anunció que se habían logrado avances positivos. No obstante, se sabía que aún persistían divergencias visibles en torno a la cuestión del corredor.
La carretera en disputa de 32 kilómetros
Tras las reuniones de Abu Dabi, el 14 de julio el embajador de Estados Unidos en Türkiye, Tom Barack, declaró: «Como saben, están discutiendo por una carretera de 32 kilómetros. Esto ya no es una broma. Estados Unidos viene y dice: “De acuerdo, vamos a encargarnos de esto”», manifestando por primera vez la posibilidad de que su país asumiera tal propuesta y desempeñara un papel de esa naturaleza en la región.
Posteriormente, Donald Trump, en sus declaraciones, afirmó que estaban trabajando por la paz en el Cáucaso. Por su parte, Ilham Aliyev, al ser preguntado por Trump durante el Foro Internacional de Medios de Comunicación de Shusha, expresó: «Es una persona que aspira a poner fin a las guerras y, aunque se halla intensamente ocupado con cuestiones de seguridad global, le estamos especialmente agradecidos por su esfuerzo personal para ayudar a que Armenia y Azerbaiyán alcancen un acuerdo definitivo». Trump, a su vez, compartió este vídeo en su cuenta de Truth Social Media el 21 de julio.
La Reunión de Washington
A comienzos de agosto, empezaron a circular en los medios de comunicación internacionales noticias y rumores sobre un posible encuentro en Washington entre los líderes de Azerbaiyán y Armenia. Medios cercanos a los gobiernos filtraban que, aunque no se firmaría allí un tratado de paz, se preveía dar todos los pasos necesarios para alcanzarlo. La llegada a Washington de Ilham Aliyev el 6 de agosto y de Nikol Pashinián el día 7 evidenció la seriedad de la situación, mientras que Donald Trump, en la noche del 7 de agosto, anunció en sus redes sociales que la reunión del día 8 tendría un lugar destacado no solo en la historia de Estados Unidos, Azerbaiyán y Armenia, sino también en la historia mundial.
El 8 de agosto, con todas las miradas puestas en Washington, el asesor presidencial de Azerbaiyán, Hikmet Hajiyev, publicó un mensaje resumiendo la jornada: «Ilham Aliyev ganó la guerra; ahora está ganando la paz». Aliyev viajó a Estados Unidos no como el líder de un país sometido desde 1992 a un embargo de ayuda gubernamental estadounidense, sino como el jefe de Estado que, cinco años después de la victoria, acudía a firmar la declaración de un acuerdo de paz. Trump, al recibirlo, dejó clara su cercanía al decir: «Here is my friend» (“Aquí está mi amigo”). En las conversaciones, el presidente estadounidense suspendió mediante su firma la Enmienda 907 que establecía el embargo sobre Azerbaiyán y se suscribieron acuerdos de cooperación bilateral en múltiples ámbitos, incluidos la lucha contra el terrorismo, la industria de defensa y la inteligencia artificial. Además, Trump obsequió a Aliyev con la simbólica llave de la Casa Blanca. Tras la reunión, volvió a compartir en sus redes sociales la declaración de Aliyev en Shusha.
Durante la rueda de prensa posterior a la firma de la declaración en la Casa Blanca, la cercanía entre ambos mandatarios quedó reflejada en el tono distendido, las bromas intercambiadas y la frecuencia con la que Trump se dirigía directamente a Aliyev. No parece casual que Trump estrechara lazos con el país vencedor en el Cáucaso Meridional, convertido en centro del “Corredor de la Paz” en un contexto geopolítico marcado por la guerra Rusia-Ucrania al norte y el conflicto Irán-Israel al sur, así como por su papel de anfitrión en reuniones entre Israel y Siria, y entre Rusia y Estados Unidos.
En virtud del acuerdo alcanzado, ambos países rubricaron las cláusulas del tratado de paz y se comprometieron a haber emprendido un camino, en la medida de lo posible, irreversible: reconocieron mutuamente su integridad territorial y la suspensión definitiva de la guerra. Asimismo, declararon la disolución del Grupo de Minsk de la OSCE, creado para abordar el problema de Karabaj, e instaron a todos los países miembros a acatar esta decisión.
Por otro lado, según el acuerdo firmado entre el primer ministro armenio Pashinián y el presidente estadounidense Trump, la explotación del Corredor de Zangezur que conecta Azerbaiyán con Armenia será arrendada a empresas estadounidenses por un periodo de 99 años. La vía se denominará TRIPP – Trump Route for International Peace and Prosperity (Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacional) y atraerá inversiones de las empresas más importantes del mundo a la región. Estados Unidos actuará como garante, pero la seguridad del corredor se garantizará exclusivamente mediante dichas inversiones, sin presencia militar estadounidense en el terreno. El acceso a Najicheván se realizará sin obstáculos y la vía no solo incluirá tránsito automovilístico, sino también línea férrea, cables de fibra óptica y oleoductos y gasoductos.
¿Qué obtuvo Azerbaiyán de todo esto?
La reunión de Washington, como señaló Hikmet Hajiyev, quedó registrada en la historia como un logro de Ilham Aliyev. La razón es fácil de explicar: basta con repasar cuáles eran las demandas de Azerbaiyán en materia de paz.
- Apenas un mes antes, en su intervención en el III Foro Global de Medios de Comunicación de Shusha, Ilham Aliyev había declarado: «En Abu Dabi dije que estas promesas y normas debían ser tan firmes como el hormigón armado, para que la raíz del separatismo sea arrancada de una vez. La lógica es simple: el Grupo de Minsk debe disolverse. Si Armenia considera resuelto el problema de Karabaj, entonces el Grupo de Minsk debe ser desmantelado». En el artículo segundo de la Declaración de Washington se establece que tanto el ministro de Asuntos Exteriores de Azerbaiyán como el de Armenia adoptaron la decisión de clausurar el Grupo de Minsk de la OSCE, instando a todos los Estados miembros a acatar dicha resolución. Así, Azerbaiyán logró aquí uno de sus objetivos esenciales.
- Tras la propuesta formulada el 14 de julio por Tom Barack sobre la explotación del Corredor de Zangezur, un periodista de Reuters preguntó al presidente Aliyev su opinión al respecto. Este respondió: «Esa pregunta debe dirigirse al líder de Armenia. En nuestra región no puede haber ningún operador, empresa comercial o arrendatario; sin embargo, Armenia, si lo desea, puede hacer muchas cosas». Con ello, subrayó que, dentro de su propio territorio, Armenia tiene potestad jurídica para decidir, mientras que en la parte del corredor correspondiente a Azerbaiyán nunca se permitiría tal situación. Tal como estipula el artículo cuarto del Acuerdo de Washington, las partes firmantes son Estados Unidos y Armenia, y el tramo de 43,5 kilómetros situado en territorio armenio será arrendado a empresas estadounidenses. Cabe añadir que, como señala el análisis “¿Encrucijada o Corredor?” del Instituto de Estudios Estratégicos, mientras Armenia pretendía mantener el control sobre la vía, Azerbaiyán consideraba que la versión de “corredor” sería más segura para sus intereses. La fórmula intermedia finalmente adoptada no contempla que la carretera esté bajo control armenio ni que se proteja mediante presencia militar, sino que la seguridad se garantice por un tercer país sin despliegue de tropas, lo que permitió a Azerbaiyán preservar sus exigencias sin concesiones.
- Una de las líneas rojas más relevantes para Azerbaiyán era el reconocimiento de su integridad territorial. Aunque Nikol Pashinián afirmó: «En 2022 reconocí la integridad territorial de Azerbaiyán, incluido Karabaj. Fue una decisión que debió tomarse hace mucho», las referencias constitucionales existentes evidenciaban que el asunto debía resolverse también en el plano jurídico. El artículo quinto del acuerdo estipula el “reconocimiento de las fronteras en el marco del derecho internacional y el compromiso de no emprender acciones revanchistas ahora ni en el futuro”. Además, en declaraciones a la prensa azerbaiyana posteriores a la firma, Aliyev dejó claro que no se suscribiría la paz hasta que se cumpliese lo que calificó como “la tarea pendiente de Armenia”: la modificación de su Constitución. El hecho de que la parte armenia siga manifestando su disposición a avanzar en este sentido se considera una victoria diplomática para Bakú.
- Por último, el artículo tercero, que garantiza la conexión directa y sin obstáculos con Najicheván exclave azerbaiyana, supone la materialización de lo dispuesto en el artículo noveno del “Acta de Capitulación” firmada el 10 de noviembre de 2020.
A la luz de los puntos expuestos, resulta evidente que, aunque ciertos sectores intenten presentar malintencionadamente este acuerdo como una derrota para Azerbaiyán y Türkiye, la realidad dista de ser así. La explotación, por parte de empresas estadounidenses, de los 43,5 kilómetros de carretera situados en territorio armenio constituye una disposición vinculada exclusivamente al ejercicio de la soberanía de Armenia, sin que ello implique obligación alguna para Azerbaiyán. Este, por su parte, no ha suscrito ningún acuerdo con un tercer país en relación con la explotación del tramo de carretera que discurre por su propio territorio.
El objetivo primordial consistía en garantizar el acceso pleno de Azerbaiyán a Najicheván, estableciendo así una frontera directa con Türkiye. Con el acuerdo alcanzado, se ha dado un paso decisivo hacia la realización de la meta de un “Camino de Turán” ininterrumpido. Por otra parte, Azerbaiyán ha obtenido todas las concesiones solicitadas a Armenia, sin que figure en el texto firmado elemento alguno que no cuente con su aprobación. Se trata, de manera inequívoca, de una victoria diplomática de Azerbaiyán vencedor de la guerra en 2020 y de todos los países que lo respaldaron durante este proceso.
La apertura de las rutas comerciales traerá prosperidad a los países de la región a lo largo del Corredor Transcaspiano y facilitará su acceso a los mercados globales.
Asimismo, el acuerdo ha brindado respaldo y legitimidad internacional al primer ministro armenio Nikol Pashinián, en un momento en que la oposición prorrusa buscaba derrocarlo, evitando así que se frustraran los esfuerzos por llevar la paz al Cáucaso Meridional.
El profundo malestar que este pacto ha generado entre los sectores nacionalistas radicales de Armenia constituye, en última instancia, una clara señal de a qué parte favorecen en mayor medida los términos acordados.
Fuente:https://www.sde.org.tr/analizler/trump-aliyev-pasinyan-washington-gorusmesi-uzerine-analizi-59786